Con la llegada de mayo y junio, los viñedos de CLOS PONS se convierten en un escenario donde cada variedad de vid interpreta su propia melodía de floración. En este período crucial, las flores minúsculas y blancas emergen, marcando el inicio de una promesa de frutos que definirán la próxima cosecha.
La floración es una de las etapas cruciales en cualquier cultivo y evidentemente no es diferente en el caso de las cepas.
El estadio es indicativo de multitud de aspectos referentes al año en curso, al estado de la cepa, etc…. por ejemplo es un dato importante para intuir la precocidad o no de la añada, al igual que la fecha de brotación, claro, pero ya estamos más cerca de la maduración y por lo tanto nos da un dato algo más certero, a la espera del envero y los controles de maduración, donde ya tendremos una idea mucho más precisa de la fecha de vendimia.
La floración es escalonada en nuestro caso, ya que nuestro viñedo tiene una cantidad importante de variedades. La meteorología durante la misma es muy importante ya que el buen curso de la polinización y cuajado depende de ella. Días muy calorosos o periodos largos de lluvia y humedad son malos (no olvidemos que la cepa es una variedad conocida como “anemofila”, o sea polinizada por el viento, al contrario de las flores vistosas y más grandes que lo hacen a través de insectos). En periodos de lluvia la concentración de polen en la atmósfera es menor.
Al mismo tiempo la lluvia dificulta el cuajado y podríamos perder una parte de la producción potencial debido al corrimiento de la flor, hecho especialmente frecuente en la garnacha tanto tinta como blanca. Un estado saludable de la planta ayuda a mitigar este efecto, cosa que nos esmeramos en tener año tres años.
La floración también marca un cambio en el tratamiento del riego, ya que a partir de este momento intentamos reducir la disponibilidad de agua por parte de la planta, que hasta entonces ha sido plena.
Al mismo tiempo aprovechamos la floración para ejecutar un tratamiento de azufre, ya que es un estimulante de la fertilización, al mismo tiempo que luchamos contra la plaga más común del viñedo, el hongo “oidio” que ya hablamos en el artículo anterior de nuestro blog: «Una Estrategia Integral: Prácticas Sostenibles en la Prevención de Plagas en el viñedo»
En CLOS PONS, la diversidad de nuestras variedades como la recién incorporada Malbec, que ha encontrado en nuestras tierras de L’Albagés el clima y la altitud ideales para su desarrollo, se expresa plenamente durante la floración. Cada variedad, con sus características únicas, responde de manera diferente a las condiciones climáticas, lo que resulta en un mosaico de tiempos y formas en la floración.
La Malbec, por ejemplo, es conocida por su vigor y uvas de tamaño uniforme con una epidermis negra azulada, que promete vinos oscuros intensos y ricos en taninos. Mientras tanto, otras variedades en nuestros viñedos, situados entre 500 y 700 metros sobre el nivel del mar, se benefician de la mineralidad y la concentración que aporta nuestro terruño.