La complejidad y estabilidad de los sistemas agrarios está basada en su diversidad, formada por elementos y estructuras vivas, así como de sus actuaciones e interacciones. No se trata solamente de la cantidad de elementos diferentes, sino de su proporción, de cómo se ordenan y de cómo se relacionan entre ellos.
Un suelo fértil es un ecosistema que contiene una gran variedad de especies animales y vegetales que cumplen con numerosas funciones y donde se dan una serie de procesos e intercambios que hacen que las plantas crezcan y se desarrollen de forma sana y equilibrada. La agricultura ecológica de PONS y concretamente el manejo sostenible de los suelos agrícolas tiene como objetivo principal crear las condiciones adecuadas para reproducir dichos procesos e intercambios que condicionan de manera muy significativa la evolución de los cultivos y la cantidad y calidad de las cosechas.
Los sistemas agrarios convencionales son una simplificación de los ecosistemas naturales donde el objetivo del productor es mantener un sistema simple pero productivo que, normalmente, da lugar a una intensificación que acaba generando un desequilibrio y por lo tanto a la degradación del medio. Este tipo de actividad conlleva a la reducción de la biodiversidad y desestructuración de los suelos, reduciendo no solo su capacidad productiva, sino comprometiendo su poder de recuperación. Es debido a esto que hoy en día nos encontramos en un punto de difícil retorno, donde muchos de los olivares de España sufren la perdida de suelo debido a la erosión y cada vez son más comunes los suelos empobrecidos con muy poca materia orgánica y cuya lenta recuperación compromete la actividad de las generaciones futuras.
Las necesidades nutritivas del olivo vienen determinadas básicamente por la especie y la variedad, el nivel productivo esperado y las condiciones edafoclimáticas de la zona. La obtención de altas producciones continuadas en el tiempo requiere de mantener e incrementar la fertilidad del suelo. De esta manera se asegura que las plantas tengan a su disposición los nutrientes que necesitan en cada momento. En agricultura ecológica, la fertilización no pretende alimentar directamente la planta de forma directa, sino que propone principalmente mantener o incrementar la fertilidad del suelo que indirectamente alimentara los cultivos mediante el uso de buenas prácticas agrarias.
En PONS, nuestro reto es aportar a nuestro olivar de suficiente diversidad y complejidad para crear un ecosistema longevo y con objetivos productivos estables y sostenibles en el tiempo. Podemos favorecer la regulación del sistema mediante estrategias permanentes de diversificación del espacio mediante la conservación e implantación de ambientes diferenciados en la finca y su entorno. Podríamos denominarlos “infraestructuras ecológicas” que cumplen un papel de reservorio de biodiversidad como pueden ser márgenes de piedra, zonas boscosas, zonas húmedas, etc. Estos reservorios de diversidad promueven que insectos, pájaros y otras especies convivan en el entorno productivo durante todo el año.
En PONS, todos nuestros olivares mantenemos cubiertas vegetales permanentes que conviven con los olivos sin comprometer su productividad. Estas cubiertas proceden de vegetación espontánea o de siembras especificas donde mezclamos diferentes especies que nos aportan características de diferente interés agronómico. A la hora de instaurar una nueva cubierta escogemos especies de semillas de ciclo plurianual o con buena capacidad de resiembra espontánea que nos asegure su longevidad en la plantación. Es importante escoger especies y variedades con una buena adaptación al clima de la zona donde se vaya a realizar la siembra y evaluar su comportamiento enfrente de las plagas y enfermedades que afectaran nuestro cultivo. La recuperación de variedades autóctonas y la selección varietal dirigida a valorar su rusticidad, aptitudes agronómicas y cualidades nutritivas es una reivindicación del sector ecológico ya que, actualmente la oferta de semilla es muy limitada.
En las últimas plantaciones de olivo en sistema superintensivo en PONS hemos sembrado una mezcla de semillas compuesta por un 60% de gramíneas y un 40% de leguminosas con el objetivo de crear una cubierta de gran interés agronómico y de fácil mantenimiento.
Seleccionamos tres especies de gramíneas; festuca arundinacea, dactylis glomerata y bromus inermis en las mismas proporciones que se encargarán de colonizar el terreno con rapidez para reducir los daños de erosión en los primeros meses de plantación. Las gramíneas son interesantes debido a su naturaleza invasora y facilidad para multiplicarse. Por otro lado, elegimos dos especies de leguminosas como compañeras de las gramienas; medicago sativa o alfalfa y onbrychis viciifolia o esparceta que serán las encargadas de anclar el terreno a largo plazo gracias a un sistema radical profundo. Además, mejorarán la infiltración de agua, la fertilidad del suelo ya que son especies fijadoras de nitrógeno atmosférico y al ser especies con flor atraerán a insectos que jugarán a nuestro favor. Cuanta más variedad de seres vivos tengamos, más difícil lo tendrán los organismos fitófagos y patógenos para instalarse e imponerse, permitiéndonos en muchos casos reducir los tratamientos fitosanitarios. Hoy en día, las autoridades y organismo de control de la producción ecológica no son capaces de ofrecer métodos con garantías para controlar ciertas plagas y enfermedades y, es por eso, que el control biológico se presenta como una necesidad real en nuestra estrategia de sanidad vegetal.
No hay que olvidar, que una cubierta de composición compleja también promueve la actividad biológica del suelo, como hacemos en PONS, estimulada por unos altos niveles de materia orgánica, favoreciendo el funcionamiento de los ciclos naturales y la asimilación de nutrientes para los cultivos y, haciendo más accesible una amplia ventana de elementos minerales que las plantas por ellas solas no podrían extraer.
Los cuidados de las cubiertas en PONS se basan mayoritariamente en dos aspectos generales: evitar que la vegetación compita con el olivar por los recursos del suelo mediante el uso de procesos mecánicos y seleccionando las especies de interés que queremos mantener en las calles del cultivo con siegas selectivas. La importancia del momento de cada siega es fundamental para favorecer la multiplicación de unas especies sobre otras para conseguir unas cubiertas de alto interés agronómico y que requieran un bajo mantenimiento. Este sistema de cultivo requiere un aprendizaje constante y un gran conocimiento sobre el territorio donde desarrollamos nuestra actividad.
XABIER GAINZARAIN DOMAICA, Director Agrario de PONS