Si en la anterior entrada comentábamos la parte gastronómica de estos vinos, hoy os queremos hablar de cómo la naturaleza del terreno afecta al resultado final del vino.
La bodega Clos Pons tiene los viñedos repartidas entre l’Albagés y la Pobla de Cérvoles, entre 500 y 700 metros de altura y junto a la Sierra de la Llena, que separa la línea de la costa con el interior. Esta separación hace que el clima sea extremo, con una temperatura muy elevada en verano pero con noches frías y un invierno frío y húmedo. Además, el terreno donde está asentada la viña es argiloso-calcáreo, pobre en materia orgánica, lo que da a los vinos una concentración y mineralidad notable, equilibrada con la acidez y notas de madera de estos vinos.
Nuestro negro más conocido:
Alges 2014.
Elaborado con Garnacha, Syrah y Tempranillo, este vino nos transporta al territorio Garrigues. El nombre en sí nos une a este territorio, Alges es la contracción de l’Albagés, el nombre de la localidad donde se encuentran los viñedos.
Las condiciones climáticas extremas y la baja producción se reflejan en el Alges, un vino con un intenso color profundo, que muestra potentes aromas de fruta madura y notas de roble elegantes.
En boca es concentrado, estructurado y lleno de carácter. Tiene un notable bouquet con mermelada de frutos rojos, regaliz y notas especiadas sobre un fondo mineral. Su acabado es persistente, rico y sedoso.